Le Paramícha le Trayóske
No es la primera vez que la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural realiza una publicación orientada hacia la preservación de la lengua. Pero sí es la primera vez que lo hace sobre una lengua en peligro de desaparición.
Cada lengua es un bien cultural esencial. Como bien señala la UNESCO, las lenguas no solo son instrumentos de comunicación, sino que reflejan una determinada percepción del mundo: son vehículo de sistemas de valores y expresiones culturales, el factor identitario determinante de grupos humanos y personas. Es en este sentido que se las considera parte esencial del patrimonio cultural de la Humanidad. Si bien el proceso de desaparición de lenguas lleva siglos, en estos últimos años su velocidad se ha incrementado. Con cada una de ellas desaparece una lógica de comprensión de la realidad, entendida como la capacidad de simbolizar, traducir, construir, comunicar y reproducir la identidad de un pueblo. A veces son los mismos grupos étnicos los que eligen, en determinado momento, perder su lengua materna, buscando la integración en aquellos que ejercen el poder, el que da ser la mayoría o los más avanzados tecnológicamente. Cada lengua goza de un status y un prestigio determinado, los que son constitutivos también del poder simbólico. A veces, esta determinación es más dramática. Así, en el Congreso de laS LenguaS de Rosario -2004- (o “contra-Congreso”), conocimos el testimonio de Clara Chilcano, mocoví de la provincia de Santa Fe: “Se cumplen ahora los cien años del último levantamiento mocoví en la masacre de San Javier, y en base a eso nuestros padres ocultaron nuestro idioma para salvaguardarnos del genocidio y de esa masacre. Pero conservamos nuestro idioma a través de nuestros ancianos y hoy lo estamos llevando a la práctica a través de las experiencias en las escuelas bilingües”.
El pueblo gitano es “testarudo”. No debe existir otro pueblo que, sin Estado propio y disperso por todo el mundo, se reconozca y mantenga su lengua romanés, que, como leeremos más adelante, proviene del sánscrito. Es más, el origen territorial de los gitanos se ha descubierto gracias a su lengua. Pero además, hace poco tiempo que poseen alfabeto escrito. Es un pueblo de tradición oral. Es un pueblo nómade. No tiene historiadores (gitanos o no-gitanos) que hayan dejado plasmado su origen y diáspora, sus historias epopéyicas o las cotidianas. Es un pueblo invisible, o mejor dicho, invisibilizado. Tampoco les interesa a ellos mismos la historia, no entra en su cosmovisión. Es un pueblo poco afecto a recordar los tiempos pasados o imaginar los tiempos futuros, su tiempo es el continuo presente.
Este volumen está dirigido a todo el público, pero especialmente al Sistema Educativo. Sostenemos, como la UNESCO en su Declaración Universal sobre Diversidad Cultural, que es necesario “fomentar la diversidad lingüística -respetando la lengua materna- en todos los niveles de la educación, dondequiera que sea posible, y estimular el aprendizaje del plurilingüismo desde la más temprana edad”, para lo cual es conveniente “alentar, a través de la educación, una toma de conciencia del valor positivo de la diversidad cultural y mejorar, a este efecto, tanto la formulación de los programas escolares como la formación de los docentes”.